EVOLUCION DEL HUEVO- POLLO

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RONI
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Re: EVOLUCION DEL HUEVO- POLLO

Mensaje por RONI »

angela escribió:
RONI escribió:Luis tengo una españolita criando 5 pollos 3 brunos y 2 amarillos
espero que los saque todos para adelante
Suerte con ellos Roni! :D :D
y una fotillo para ilustrarnos? jejjejejej jejejej jejejejej


Angela estoy en ello es que el ordenador y yo no nos llevamos muy bien
raza española
rizados del norte

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RONI
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Re: EVOLUCION DEL HUEVO- POLLO

Mensaje por RONI »

LUIS M. CASTRO escribió:
RONI escribió:Luis tengo una españolita criando 5 pollos 3 brunos y 2 amarillos
espero que los saque todos para adelante
me alegro,ya que yo por ahora na de na,muchos huevos pero pocas nueces,jejejejejejeje


Luis eso es lo que pasa con el frio la hembra esta encela pero no se deja pisar y al macho
le cuesta mucho someterla
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rafa peña
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Re: EVOLUCION DEL HUEVO- POLLO

Mensaje por rafa peña »

A VER SI LO TUYO PA PONER LA FOTO EN EL ORDENADOR VA ASER DEL FRIO TAMBIEN :lol: :lol: :lol: :lol: :lol: :lol:
olaitxu
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Re: EVOLUCION DEL HUEVO- POLLO

Mensaje por olaitxu »

Un apunte interesante scado de otro foro pero me parece un buen resumen de mucha ayuda para cualquier criador.

Si todo el proceso de celo y pisa ha ido bien, los pájaros habrán hecho el nido y, a los ocho o diez días, por término medio, la hembra habrá puesto su primer huevo.

El huevo consta esencialmente de cuatro partes: Cáscara, fárfaras, clara y yema. La cáscara es la cubierta dura que está formada principalmente por carbonato cálcico. Debajo de la cáscara hay una membrana doble o fárfaras que se separan hacia el lado obtuso del huevo, formando la cámara de aire en esa zona. La fárfara interior envuelve a la clara, compuesta de albúmina, sustancia nitrogenada proteica y agua, que servirá de alimento en el proceso de “gestación externa” del nuevo ser. Dentro de la clara hay una especie de cordones retorcidos en sentido longitudinal, llamados chalazas, adheridos a la yema y que mantienen a ésta en suspensión dentro de la clara. La yema es la parte interior del huevo y la que contiene la mayor parte de materias nutritivas. En su superficie puede apreciarse el disco germinal (unión de óvulo y espermatozoide), como un punto blanco, que siempre se halla en la parte superior del huevo, gracias a la acción de las chalazas, para recibir mejor el calor de la incubación.



Del único ovario de la hembra, localizado en la parte izquierda de la cavidad abdominal, se desprenden a intervalos regulares durante la puesta, un número determinado de óvulos, constituidos únicamente por yema que, en realidad, es el citoplasma. El citoplasma representa el 31% del peso total del huevo y, en su discurrir seriadamente por el oviducto, se aloja en primer lugar en el infundíbulo, cuya misión consiste en recibir y acoger a la esfera vitelina recién desprendida del ovario, siendo precisamente en este pabellón donde el óvulo es fecundado por un espermatozoide que le aguarda en este nivel desde que se produjo la cópula, formándose a partir de este encuentro el Disco Germinal, que es el verdadero inicio del embrión.

Se inicia la secreción albuminífera y, seguidamente, la clara rodea a la yema, momento en que este conjunto, en su desplazamiento por el oviducto, llega al istmo donde las membranas calcáreas y sus pigmentos, en espacio de 5 ó 6 horas se sitúan alrededor del complejo «yema-clara» que, en el supuesto de haber sido fecundado, la vesícula germinal del blastodisco se transforma en blastodermo. Se forma una cámara de aire en la parte más redonda del huevo y se constituyen definitivamente la cutícula y las distintas membranas porosas de la cáscara, con lo que el huevo pasa directamente a la cloaca, esperando el momento de la puesta.

A veces la hembra pone el huevo fuera del nido (en el suelo, en el borde del nido o en una pastera). Esto suele ser debido a varias razones:

 No ha construido bien su nido o, simplemente, no lo ha construido.
 Falta de confianza en el entorno o molestias causadas por exceso de visitas.
 Actitud agresiva por parte del macho cuando la hembra está en el nido.
 Presencia de parásitos en el nido.
 Hembra demasiado joven.

La hembra pondrá un huevo cada día, hasta un total de entre 3 y 5 huevos. Normalmente, pone los huevos en días seguidos pero, en algunas ocasiones, descansa un día entre un huevo y el siguiente. Este intervalo suele ocurrir entre el penúltimo y el último huevo de la nidada. Se deben ir retirando los huevos colocándoles, a cambio, un huevo de plástico.

Los huevos retirados se guardarán en un lugar fresco, con una humedad entre el 50 y el 70% y protegidos de la luz. Una forma práctica es utilizar los cajoncitos de plástico que hay en las ferreterías para tornillería. Colocando un algodón de “cama” en cada cajoncito y etiquetándolos para identificarlos con su pareja respectiva, permite un control sencillo de dichos huevos. Además de mantenerles la humedad, hay que girar estos huevos al menos una vez al día, para evitar que la yema se quede pegada a la cáscara (la hembra, al incubar, gira sobre sí misma y con ello hace girar los huevos).

Cuando la hembra haya puesto su cuarto huevo, se le añaden los tres anteriores, retirando los de plástico. Con esto se consigue que la hembra comience a incubar toda la nidada simultáneamente y que los polluelos nazcan el mismo día, evitando diferencias de tamaño excesivo entre hermanos, que pueden llegar a ser críticas, muriendo por aplastamiento los más pequeños o por inanición, al no estirar el cuello tanto como sus hermanos para recibir alimento.

La incubación aparece de forma sistemática, tras la producción de un cierto número de huevos, y conlleva la supresión de la puesta. Tras la puesta, el ovario sufre una regresión, la abertura de la cloaca se hace más estrecha y los huesos de la pelvis se acercan.

Para la incubación, la modificación morfológica más evidente en la hembra es el desarrollo de las placas incubatrices. Este proceso consta de tres pasos:

1) Desplume de la zona abdominal. El nuevo emplume ocurrirá en la muda posterior a la época de cría.
2) Desarrollo de la vascularización, aumentando el tamaño y el número de vasos sanguíneos de la dermis. La piel se “espesa” y desaparecen las papilas de las plumas. En la epidermis se dan rápidas multiplicaciones celulares.
3) Aparición del edema, que permitirá un mejor intercambio térmico entre la hembra y los huevos. Estas placas o zonas incubatrices se vuelven más edematosas y vascularizadas, mientras que los músculos de la dermis sufren una regresión.

En el momento que se han colocado los huevos originales comienza dicho proceso de incubación. Éste dura 13 días, fecha en que nacerán los nuevos polluelos. Se pueden producir retrasos de uno o dos días porque hay hembras que no son buenas incubadoras, saliendo del nido con frecuencia, llegando a quedar los huevos casi fríos (aguantan hasta 3 ó 4 horas sin que muera el embrión). También, la falta de humedad puede influir en el retraso. Se han dado casos de nacimientos a los 17 días.



La manipulación de los huevos puede degenerar en accidentes. En caso de que un huevo se agriete o astille al manipularlo, se debe proteger la grieta con cera de vela o con esmalte de uñas para evitar que entre aire y se pueda salvar el polluelo.

En otras ocasiones, por culpa de los padres o de la nidada anterior que está todavía en la jaula de cría, se pueden encontrar huevos con heces secas pegadas al mismo. No se debe intentar despegar con la uña o la punta de un cuchillo, ya que hay riesgo de que se levante la cáscara y se malogre. En este caso, se debe humedecer el huevo con agua tibia y con un cepillo de dientes blando, humedecido en el mismo agua, se deben limpiar las heces con paciencia, haciendo movimientos en círculo y humedeciendo de nuevo las veces que sea necesario.

A la semana de incubar, para evitar pérdidas de tiempo si los huevos son claros, se debe comprobar si están fecundados. Para ello, se cogen los huevos uno a uno con sumo cuidado y, con la ayuda de una linterna se observan al trasluz. Si están fecundados se verán opacos (en algunos casos incluso se distinguen unas pequeñas venillas). Si están hueros se verán transparentes y con la yema amarilla claramente definida.



Si los huevos están fecundados, se le pone una gota de algún acaricida (Front Line) por la parte inferior del nido, para evitar que el piojillo se acerque al nido, y se vuelven a colocar los huevos dentro, devolviendo éste a su sitio en la jaula.

Si los huevos están claros, se desechan y se deshace el nido, sumergiéndolo en agua con lejía para su limpieza y desinfección. Cuando se retira el nido a la hembra, el nivel de la hormona prolactina cae rápidamente, a la vez que aumenta el de LH (hormona luteinizante, que predispone para un nuevo celo), con lo que en pocos días volverá a iniciarse el ciclo de una nueva puesta. Este dato es importante para gestionar la reproducción en el aviario. Es recomendable dejar a la hembra que pase una o dos noches sin el nido, durmiendo en la percha, para que recupere rápidamente sus niveles hormonales preparatorios para realizar una nueva puesta. En caso contrario, habría que esperar muchos días hasta que la hembra vaya recuperando lentamente sus niveles óptimos, corriendo el riesgo de que le llegue el final del celo por falta de estímulos para realizar una nueva puesta. Por tanto, en un par de días, se le coloca un nuevo nido y nuevo pelote, empezando de nuevo el proceso de cría.

Durante la incubación, los huevos van perdiendo agua a través de la cáscara porosa, la cual permite también el intercambio de gases necesarios para la vida del embrión. Es decir, el huevo “respira” y, como en toda respiración, se expele vapor de agua, que hay que reponer. En caso contrario, el embrión puede morir.

La humedad ideal en el aviario para el proceso de cría debe estar entre el 50 y el 75%. Si hay falta de humedad, hay que poner baldes con agua, proporcionar baño a las hembras o rociar los huevos con agua tibia. La falta de humedad hace que la cámara de aire del huevo pueda asfixiar a los pichones o que el pollo se quede pegado a la cáscara y, cuando llegue la hora de nacer, no pueda girar para romper ésta con la protuberancia del pico.

Si hay exceso de humedad, las heces depositadas en el fondo de la jaula fermentan a los pocos días proliferando la aparición de hongos y esporas perjudiciales para los pájaros.

Si el periodo de incubación llega a su término y no han nacido los polluelos, habrá que comprobar si siguen vivos. Para ello se colocan en un recipiente con agua tibia. Si está vivo, el huevo flotará como un corcho, con el pico hacia abajo, debido a la cámara de aire en el polo más ancho, y se balanceará ligeramente. Si está muerto o seco, el huevo se hundirá o flotará de lado, sin balanceos.
Plata individual y bronce equipo blanco recesivo "II Campeonato Ornitologico Internac. FEORCALE-FON 2016"
Oro 94 ptos y Bronce 92 ptos individual blanco recesivo "I Campeonato Ornitologico FON-FEORCALE 2015"
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